No conviene dormir pocas horas para una mayor productividad



Lo común es que los seres humanos descansen entre 6 y 8 horas cada noche



Leonardo da Vinci, una de las mentes más prodigiosas en la historia, dormía siestas de 15 o 20 minutos cada cuatro horas para aprovechar al máximo su intelecto; Napoleón tan sólo necesitaba 240 minutos de sueño para mantener activo su genio militar; los prolíficos Isaac Newton y Thomas Alva Edison tampoco pasaban más de cinco horas en la cama, y estadistas como Winston Churchill o Thomas Jefferson no pegaban el ojo más de cuatro horas durante la noche.

Estos son los relatos que se han construido alrededor del descanso de estas mentes brillantes; sin embargo, el doctor polaco Piotr Wozniak, quien ha publicado varios artículos sobre la materia, no cree en su veracidad. “Obviamente, por razones biológicas, considero que son simples mitos”, asegura Wozniak, quien además realizó una “búsqueda de datos históricos” sobre los patrones de sueño de estos personajes y no encontró certezas sobre sus hábitos al respecto..

El patrón que reemplace al modelo habitual de dormir durante la noche para ganar más tiempo de vigilia y así aumentar en productividad se conoce como sueño polifásico, y consiste en reemplazar el largo descanso nocturno por seis siestas de 30 o 40 minutos divididas a lo largo del día.

Este modelo, inspirado en el calendario Uberman del sueño, no es el único que busca desarrollar patrones polifásicos de descanso, también está el Dymaxion, modelo creado y adoptado por el inventor y futurista estadounidense Buckminster Fuller, quien declaró a la revista Time en 1943 que dormía dos horas al día repartidas en siestas de 30 minutos; y el patrón Everyman, que propone un bloque de sueño de tres horas y tres siestas de alrededor de 15 minutos.

El doctor italiano Claudio Stampi es el investigador contemporáneo que más ha profundizado en el tema del ‘sueño a cuotas’, y en su libro Why We Nap: Evolution, Chronobiology, and Functions of Polyphasic and Ultrashort Sleep (1992) analiza la posibilidad de modificar el patrón de la vigilia en condiciones extremas.

“Lo que se propone en este trabajo no es que el sueño polifásico sea preferible al sueño monofásico, o que todas las personas deben adoptar ahora la ‘panacea’ del comportamiento de múltiples siestas”, explica el doctor Stampi en su libro, aunque también aclara que el sueño a cuotas puede mejorar el desempeño de quienes se encuentran en situaciones de trabajo continuo, como los navegantes en solitario (una de las pasiones de Stampi).

La tarea, no obstante, no es nada fácil, ya que el ser humano regula sus fases de descanso gracias a un ciclo circadiano (de cerca de 24 horas) que está emparentado con las horas de luz y oscuridad.

ENTRE 6 Y 8 HORAS DE SUEÑO ES EL PROMEDIO DE UNA PERSONA

Lo común es que los seres humanos tengan un patrón monofásico, es decir, que descansen entre 6 y 8 horas en las noches, o incluso un modelo bifásico: dividir su sueño en un bloque nocturno (entre 5 a 7 horas) y una siesta en la tarde de 15 a 90 minutos.

“Los ‘calendarios de sueño de diseño’, como el de Uberman, son producto de la falta de conocimiento del sistema del sueño humano; aún así se logran generar grandes cambios en nuestro reloj circadiano, faltan años de investigación para comprender sus consecuencias a largo plazo”, opina el doctor Wozniak.

Álvaro A. Cuéllar / EFE

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