Guerreros de otra época
Marie Colvin pertenecía a un tipo de periodistas en vías de extinción: los enviados especiales; personas que viajan a las zonas de guerra, a los lugares más peligrosos, que arriesgan la salud, la vida, el equilibrio mental y el dinero de sus empresas, por contar lo que sucede. Colvin ha muerto en Homs, uno de esos agujeros infames en los que matan civiles mientras el mundo civilizado discute el lugar exacto de las comas y de los adjetivos en un comunicado de condena. Colvin era la estrella del semanario The Sunday Times. Perdió un ojo hace 11 años en Sri Lanka; fue de los primeros reporteros occidentales en entrar en la zona controlada por la guerrilla Tamil. Rupert Murdoch, dueño del semanario, envió su avión personal para repatriar a Londres a su periodista herida. Estuvo casada con Juan Carlos Gumucio, corresponsal de EL PAÍS en Beirut durante la guerra civil, y después en Jerusalén, donde aprendió a vivir sin la adrenalina del peligro constante. Allí se conocieron y se apren