Fanny Edelman, el corazón del Partido Comunista argentino




"Si algún mérito se me puede atribuir es mi lealtad inquebrantable hacia el Partido Comunista", decía Fanny Edelman, la presidenta honoraria del pequeño PC de Argentina, que falleció el pasado martes, a los 100 años, en Buenos Aires. "Fue un partido que me enseñó que no se puede vivir sin sueños y, más aún, sin ser parte de un sueño colectivo, liberador, porque el comunismo es una pasión del cerebro y del corazón", dijo Edelman hace casi un año, cuando el PC, otros políticos de izquierdas, dirigentes sociales e hijos, nietos y bisnietos le rindieron homenaje. Esta histórica defensora de los derechos de la mujer también se había distinguido por ser una de los 600 argentinos que se sumaron a las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española.

Fanny Jabcovsky (Edelman era el apellido de casada) había nacido en Córdoba (Argentina) en 1911. Su padre, rumano, y su madre, rusa, habían huido de los pogromos zaristas. A los 13 años su familia se mudó a Buenos Aires. Era profesora de música y trabajaba en un taller textil cuando, de la mano de su entonces novio y futuro marido, el periodista Eduardo Edelman, se afilió con 23 años al PC. Era 1934 y en Argentina imperaba el fraude electoral que mantenía a los conservadores en el poder. La joven se enroló dentro de Socorro Rojo, organización comunista internacional de solidaridad con los presos políticos. Eran tiempos de la Revolución de Asturias.

En 1937, los Edelman se marcharon a Valencia para sumarse a las Brigadas Internacionales: él escribía para el periódico Nueva España y ella siguió participando en el Socorro Rojo. Fanny dirigió, por ejemplo, la campaña de invierno de 1937 para reunir abrigos, alimentos y medicamentos para los combatientes, promovida por Antonio Machado. Allí se relacionó con Rafael Alberti, Miguel Hernández y Dolores Ibárruri, Pasionaria. En 1939, antes de la derrota de la República, los Edelman regresaron a Argentina. Desde entonces, Fanny no dejó de defender las causas internacionales del comunismo y el feminismo.

Viajó por todo el mundo para apoyar la revolución socialista: desde Cuba, Nicaragua y Chile hasta Angola, Congo y Vietnam. Fue secretaria general de la Federación Internacional Democrática de Mujeres e impulsó la creación del día internacional de la mujer y la instalación de las cuestiones de género en la agenda de la ONU.

Pese al apoyo inicial que el PC argentino dio a la última dictadura de Argentina (1976-1983), varios de sus militantes desaparecieron y Fanny se encargó de llevar ante la ONU más de 200 testimonios de familiares de víctimas. En sus últimos días se encontraba ilusionada con Latinoamérica, por los Gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador (el PC argentino apoya a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner), y preocupada por la "barbarie" de EE UU y la "xenofobia" de Europa.

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