El suicidio de la democracia
La elección de Donald Trump como el 45 presidente de EE UU es una anomalía en la tradición política de este país desde su fundación. A lo largo de la campaña, el candidato republicano no solo desafió la corrección política haciendo aceptables todos sus insultos a las mujeres, los negros, los mexicanos y los musulmanes, sino que llegó a desafiar la base misma de la democracia al anunciar que solo aceptaría el resultado si ganaba. La victoria de Trump pone en peligro una Constitución que incluso resistió cuatro años de Guerra Civil y que fue concebida por los Padres Fundadores hace más de dos siglos para evitar que la joven república pudiese ser secuestrada alguna vez por un autócrata o un demagogo. Lo imposible hace apenas unos meses se hizo probable en cuestión de semanas y anoche una realidad. Los millones de americanos votantes de Trump no solo han elegido un futuro de incertidumbre. Han dado la espalda a la mejor América. Merece la pena en esta madrugada