Un mensaje a la izquierda democrática



Por El Nacional -julio 7, 2024

A pesar de que muchas personas lo consideran una profunda contradicción y que prefieren no hablar de izquierdas o derechas en el ámbito político, es innegable que existen profundas diferencias entre la izquierda autoritaria y la izquierda comprometida con el respeto a la democracia, y lo mismo puede  afirmarse sobre el autoritarismo de derecha y los sectores liberales.  La defensa de los ideales de la democracia occidental, donde no se acepta que haya que sacrificar la libertad por la igualdad, como se sostiene en algunas aventuras de izquierda, es un deber fundamental de cualquier individuo u organización comprometidos con las ideas de democracia y libertad.


En un reciente comunicado del Movimiento Ciudadano Venezolanos en el Mundo, titulado “Un llamado urgente a los gobiernos socialistas democráticos de Iberoamérica”, se toca un tema fundamental para Venezuela, a saber, que los gobiernos de izquierda democrática en Iberoamérica tienen una responsabilidad inalienable en hacer lo que sea necesario para que el gobierno autoritario de Nicolás Maduro permita la realización de elecciones limpias y transparentes en Venezuela. El llamado toca de manera especial a los gobiernos de Brasil, Colombia, Chile, México y España, países a los que el régimen venezolano se ha referido con frecuencia como sus aliados, independientemente del hecho de que en varios momentos se haya producido un distanciamiento importante, especialmente en el caso de Chile y más recientemente Brasil.


La naturaleza de la alianza argüida, primero por Chávez y luego por Maduro, con las democracias socialistas, se centra en la descalificación de la oposición venezolana como una fuerza derechista que funciona presuntamente como un títere de los Estados Unidos, y que, en la práctica ejecuta actos de traición a su patria. Nada más lejos de la verdad. En rigor, quedan pocas dudas de que el régimen madurista se comporta como un enemigo de su propio pueblo y que el caso de Venezuela sobresale como un ejemplo de populismo autoritario donde se vulneran los más elementales principios democráticos y de respeto a la soberanía popular. Las venideras elecciones presidenciales, programadas para el próximo 28 de julio, constituyen un escenario de honda preocupación para las democracias occidentales, porque hay evidencias muy importantes de falta de transparencia y de violaciones de los derechos humanos de la diáspora y los venezolanos en Venezuela. La ausencia de observación internacional, las inhabilitaciones de candidatos, las restricciones para la actualización del Registro Electoral, y la represión tanto contra dirigentes de oposición como contra humildes empresarios y trabajadores conforman un escenario alarmante.


Los gobiernos socialistas democráticos y sus principales dirigentes deben ejercer su influencia y ayudar a que las elecciones en Venezuela sean tan limpias y transparentes como las que permitieron el libre cambio de gobierno en México, Colombia, Chile, Brasil y España. Tal como está garantizado en sus Constituciones y en la nuestra.






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