Falleció el escritor uruguayo Eduardo Galeano
El
escritor uruguayo Eduardo Galeano murió en la mañana de este lunes tras estar
varios días internado en el sanatorio del Casmu 2, en Montevideo.
Desde
la mutualista confirmaron a El País la muerte de Galeano y dijeron que se
encontraba grave desde la semana pasada.
El
primero de marzo pasado recibió al mandatario boliviano, Evo Morales, en su
casa y eso le significó un esfuerzo muy grande ya que se encontraba desde hacía
tiempo con problemas de salud.
Narrador,
periodista y ensayista, Galeano se inició en el periodismo como caricaturista y
cronista. Sus dibujos aparecieron firmados con el seudónimo Gius (reproducción
gráfica en español de la pronunciación inglesa de su apellido Hughes, apellido
que excluyó de sus labores literarias). Muy joven se desempeño como secretario
de El Sol y Marcha y fue director de Época.
Cada
vez más interesado en la situación política contemporánea, en ese período dio a
conocer en volumen China 1964, Crónica de un desafío (1964), Guatemala, clave
de Latinoamérica (1967) y Reportajes (1967).
También
publicó una breve novela –Los días siguientes- y un libro de cuentos –Los
fantasmas del día del león- en cuyas páginas construyó atmósferas ambiguas,
realidades y ámbitos cercanos y reconocibles, así como conflictos diversos
estructurados bajo la influencia de la ficción norteamericana contemporánea,
César Pavese y Juan Carlos Onetti, entre otros.
Su
concisa y diestra escritura periodística se complementó con un más flexible y
libre despliegue en su narrativa.
Otros
tres títulos, conectados directamente al enfoque político, Siete imágenes de
Bolivia (1971). Violencia y enajenación y Crónicas latinoamericanas, estuvieron
precedidos por su ensayo más célebre y ambicioso, a medio camino entre la
historia y el periodismo, Las venas abiertas de América Latina, reeditado y
traducido a cerca de 20 idiomas, admirado, aplaudido, controvertido y atacado,
de gran incidencia en vastos sectores sociales del continente.
Los
cuentos de Vagamundo afianzaron su capacidad imaginativa y canalizaron una
línea características de su literatura en la que se conjugan la historia, el
mito y la leyenda.
En
esa misma dirección quedó orientada La canción de nosotros (premio Casa de las
Américas, 1975), un testimonio que se desarrolla con una fuerte carga
simbólica.
En
1973, se exilió en Buenos Aires donde fundó y dirigió la revista Crisis durante
sus 40 primeros números. Después, cuando la represión en argentina no le dejó
margen, pasó a residir en España en 1976.
Dos
años más tarde ganó el premio Casa de las Américas con Días y noches de amor y
de guerra (1978), en el que compiló recuerdos, reflexiones, anécdotas y
noticias, en breves, sobrias y sentenciosas narraciones, casi tan íntimas como
tensas.
Las
voces narrativas del autor, que fueron absorbiendo géneros literarios en un
proceso de progresiva superposición, culminaron en una trilogía de acento
épico, Memoria del fuego, cada uno de cuyos tomos llevaron como subtítulos Los
nacimientos (1982), Las caras y las máscaras (1984) y El siglo del viento
(1986). A principios de 1985, con la recuperación democrática regresó a
Uruguay.
Dueño
de un estilo personal, depurado e incisivo para sus fieles y renovados
lectores, reiterativo según sus detractores, sumó otros títulos: Conversaciones
con Raimón, Contraseña, El libro de los abrazos, Nosotros decimos no, Ser como
ellos y otros artículos, Las palabras andantes, El fútbol a sol y sombra, Patas
arriba. La escuela del mundo al revés, Bocas del tiempo, Espejos.
Entre
varios importantes premios, recibió el American Book Award, el Aloa el premio a
la Libertad Cultural
de la Fundación
Lannan y el Stig Dagerman.
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