Surface Pro 3, "la tableta que acabará con el portátil"

La palabra "pequeño" que se leía en la invitación de Microsoft podía
significar dos cosas: que el evento iba a ser más bien íntimo -formato
que ahora prefieren las tecnológicas para presentar sus novedades-, o
que el nuevo aparato iba a ser mini. Más de lo primero que de lo
segundo, porque si no estaba claro antes, el enemigo a batir por
Microsoft no es la tableta iPad sino el portátil Mac Book Air, ambos
productos de Apple. Y para ello presentó hoy martes en Nueva York la
tercera generación de la tableta Surface Pro 3, nada de Surface Mini
como se había anticipado. La pantalla de la Pro 3 es bien grande.

La Surface tiene solo año y medio de vida (se presentó a finales de
2012). La segunda generación salió a la venta hace seis meses. Fueron
dos intentos baldíos, en un mercado con decenas de fabnricantes. Ahora
Microsoft trata de sacar músculo y echar el resto, cuando parece que
el consumidor empieza a estar saturado (en el primer trimestre se han
vendido menos tabletas que en el mismo periodo de 2013).

El gran reto, por tanto, es cómo va a marcar la diferencia y tener
alguna posibilidad de hincar el diente a las ventas de Apple. Satya
Nadella, el nuevo consejero delegado de Microsoft, hizo de maestro de
ceremonias por segunda vez desde que fue nombrado. Repite una y otra
vez que quiere que Microsoft sea una empresa relevante en el móvil y
en la nube.

Los dispositivos, dijo, son el próximo paso para llevar la
productividad a otro nivel. "Queremos productos y tecnología para
soñar y hacer cosas, para que el individuo pueda sacar más de cada
momento en su vida", afirmó, reiterando que el objetivo "es crear
nuevas categorías de productos". Para ello quiere "conseguir lo mejor
de la tableta y del portátil".

La presencia de Microsoft en el mercado de las tabletas es casi
insignificante. El sistema operativo Windows representa solo el 3,4%
de los dispositivos. En el caso concreto de la Surface, es solo del 1%
La presencia de Microsoft en el mercado de las tabletas es casi
insignificante. El sistema operativo Windows representa solo el 3,4%
de los dispositivos. En el caso concreto de la Surface, es solo del
1%. Apple, que lanzó el iPad hace cuatro años, se come un 22% y
Samsung un 20%. Así que hacer algo diferente no basta. La mejora del
concepto de la tableta debe de ser realmente importante para que el
consumidor cambie de aparato y, sobre todo, de marca.

El periodo de gracia para Nadella ya pasó. Ahora debe demostrar lo que
puede hacer más allá del mensaje y la estrategia. Lo que tampoco puede
hacer es cargarse en este momento la Surface, por mucho que algunos
analistas digan que debería. Microsoft presenta así la tercera versión
de la Surface Pro como el dispositivo que "acabará con el portátil".
Es su manera de llevar los límites de estos artilugios algo más lejos.

Panos Panay dio un dato. El 96% de las personas que tienen iPad usan
también un portátil. La idea de Microsoft, explicó, es romper con un
conflicto constante al que se enfrenta el usuario. "Te dicen que debes
comprar una tableta, pero necesitas un portátil". Admite que no es un
producto tan atractivo, pero insiste que para acabar con ese dilema
hay que encajarlo todo en un paquete.

Para diferenciar bien los dos productos, la Surface Pro 3 tendrá una
pantalla de 12 pulgadas. Es una más que el último modelo y casi dos
más que el iPad Air, otra muestra de que Microsoft no quiere copiar a
Apple. "Es la tableta que puede sustituir al portátil", repitió Panay,
por eso hizo la comparación con el MacBook Air de 13 pulgadas.

Microsoft ha arriesgado con el tamaño, pues parece que las Mini son
las que más triunfan. Según IDC, en el último trimestre solo el 2% de
las ventas eran de tabletas con más de 11 pulgadas de pantallas.

El fracaso de la Surface no se debe solo al momento, también al diseño
y el rendimiento. Con todo eso quiere romper Surface Pro 3: no es tan
pesada como antes (800 gramos), es más fina (9,1 pulgadas) y la
batería aguanta un 30% más, y tienen conexión USB 3.0. Intel juega un
papel relevante, con un procesador Core i7. La acompaña con un soporte
que lo convierte prácticamente en un PC, la solapa trasera permite que
se pliegue mucho más y cuenta también con un puntero que conecta con
el editor Note, que sirve para resolver el crucigrama en la pantalla o
para apretar dos veces su botón y que se dispare una foto.

La tableta se puede empezar a encargar a partir de mañana, con tres
procesadores i3, i5 y i7. El precio es clave. El modelo básico arranca
con 799 dólares, aunque de momento se desconoce si incluye el lápiz,
el teclado o la estación de trabajo, se supone que no. Canadá y
Estados Unidos serán los primeros países en disponer del Surface Pro
3; en una veintena de países, entre ellos España, la venta comenzará a
finales de agosto.

Antes de la revolución de los dispositivos móviles, el sistema
operativo Windows estaba presente en el 90% de los ordenadores. Ahora
ronda el 20% cuando se tiene en cuenta el iOS de Apple para la
computación móvil y el Android de Google para teléfonos y tabletas o
el Chrome para portátiles ligeros. Por eso necesita seguir invirtiendo
en la Surface que, de momento, solo le ha dado disgustos: según
algunos analistas la aventura de la tableta le ha reportado a
Microsoft 2.000 millones de dólares en pérdidas.

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