El enorme poder de lo pequeño

El enorme poder de lo pequeñoAlpha NEX-7, de Sony
Contraria a la sabiduría popular que sugiere que más grande es mejor, hay una cierta tendencia en el mundo de la fotografía a minimizar los equipos sin hacer enormes sacrificios en la calidad: empaques compactos, ligeros y discretos que entregan resultados que superan las necesidades de la mayoría de los usuarios.
La punta de la lanza en este aspecto es una serie de modelos de cámara que, empleando un método de construcción que prescinde del espejo interior que poseen las cámaras profesionales, utilizan sensores de mayor tamaño que el resto de dispositivos compactos y, en algunos casos, llegan a tener una resolución muy similar a líneas semiprofesionales de fabricantes como Nikon o Canon.
El mercado de la fotografía, en términos de equipos y tecnología, ha sentido una especie de recesión que se asemeja a lo sucedido con las consolas de videojuegos: el advenimiento de dispositivos más pequeños y ligeros ha desplazado a buena parte de los consumidores usuales hacia un sector en el que pululan los celulares y las tabletas.
Las notables mejoras en la óptica de teléfonos móviles ha planteado la disyuntiva obvia (evidente para un gran número de consumidores sin un interés específico en fotografía) entre comprar un aparato con miles de aplicaciones, además de tomar fotografías, o uno dedicado a este uso.
Las cifras del sector ilustran la cuestión: los envíos de cámaras fotográficas, en total, cayeron casi 40% sólo en este año. Sin embargo, los equipos más compactos, aquellos que prescinden del espejo, apenas registraron una baja del 13%, la más baja de todo el sector.
Además de contar con sensores mayores que el resto de sus competidores, este tipo de dispositivos cuenta con la posibilidad de usar lentes intercambiables, lo cual, sin mayores grandilocuencias, es la entrada a un rango de fotografía superior por precios inferiores.
Anclar la calidad de la fotografía al equipo es una concepción que, más que errada, resulta algo anacrónica. Si bien la herramienta no lo es todo, hay cierto tipo de fotografía en la cual puede ser necesario, vital incluso, contar con la línea profesional de los fabricantes: los modelos que pesan un par de kilos y que llegan a costar una pequeña fortuna.
Son más rápidos, confiables y robustos. Pero no todos los usuarios están interesados en el tipo de fotografía que requiere ese nivel de armamento. En palabras de Gary Knight, uno de los reporteros gráficos más relevantes en la escena, la posibilidad de tener equipos ligeros y pequeños le permite acercarse más a sus sujetos, establecer más efectivamente un nivel de intimidad e invisibilidad para hacer que el otro acepte sentirse observado.
A mitad de camino entre los equipos compactos (muchos con serias limitaciones en términos de calidad de imagen) y los modelos de entrada de la gama réflex, este tipo de cámaras es la opción ideal para entusiastas, e incluso para profesionales, que buscan buenos resultados sin tener que llenar formularios de préstamo en un banco.

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