El acuerdo sobre las armas nucleares de Irán, "limitado pero importante
Los motivos para negociar fueron que todas las otras alternativas, esencialmente acciones militares de Israel, de Estados Unidos o una combinación de ambas, son desagradables.
Puede que el acuerdo tenga consecuencias impredecibles en una región ya de por si volátil, pero más concretamente, es probable que tan sólo retrase el programa nuclear iraní unos años, incluso en caso de que sea enormemente exitoso.
Sólo el principio
La primera tanda de conversaciones en Ginebra pretendía tomar la temperatura de las negociaciones; establecer si existía un mínimo de buena voluntad, mejorar la confianza, y comprar tiempo (seis meses) durante los cuales las negociaciones puedan resolver los complejos asuntos técnicos en torno a las actividades nucleares de Irán, con el fin de llegar a un amplio acuerdo que resuelva el asunto de una vez por todas.
En este sentido, ¿cómo deberíamos calificar este acuerdo?
Estados Unidos dice que el alivio de las sanciones es reversible.
A primera vista parece que es un buen acuerdo, sobre todo desde la perspectiva de las grandes potencias, ya que llega más lejos de lo que muchos comentaristas esperaban.
El principal objetivo era evitar que Irán siguiera adelante con sus actividades nucleares incluso mientras continuaran las conversaciones. Y si se implementa por completo es justo lo que parece conseguir:
Todo el enriquecimiento de uranio por encima de 5% será suspendido.
Todas las reservas de material enriquecido al 20% serán diluidas o convertidas a una forma no apta para un mayor enriquecimiento. Este uranio enriquecido en un 20% es el material que Irán podría usar para desarrollar armas.
No se instalarán más centrifugadoras (las máquinas usadas para enriquecer uranio), y gran parte de las ya existentes quedarán inoperativas.
Las reservas de uranio enriquecido al 3,5% no aumentarán hasta el final del periodo de seis meses. Así que cualquier material extra que se produzca deberá ser convertido a una forma de óxido.
En términos generales, no se avanzará en la construcción o en el trabajo experimental del reactor de Arak, que expertos occidentales temen puede ser usado por su plutonio, una vez se comisione, como una segunda ruta hacia la fabricación de una bomba nuclear.
Todo esto supone un congelamiento del programa nuclear iraní durante el periodo de seis meses que duren las conversaciones.
A cambio, Irán ha recibido lo que la Casa Blanca insiste es "un alivio limitado, temporal y reversible" de los términos de las sanciones económicas.
Para empezar, si Irán cumple el acuerdo no se impondrán nuevas sanciones económicas durante los próximos seis meses.
Ciertas sanciones sobre el oro, metales preciosos, el sector automotor y las exportaciones petroquímicas iraníes serán suspendidas, lo que le proporcionará al país US$1.500 millones en ingresos.
Reparaciones e inspecciones relacionadas con la seguridad serán autorizadas por algunas de las aerolíneas civiles iraníes.
Se permitirá que parte de los beneficios por las ventas de petróleo iraní por US$4.200 millones sean transferidas a Irán.
Parte de los fondos iraníes por valor de US$400 millones podrán ser transferidos a instituciones educativas en terceros países para pagar las cuotas escolares de estudiantes iraníes.
Efectos limitados
Tanto los estadounidenses como los iraníes parecen haber salido de esta negociación sonrientes.
Ambos pueden decir que han hecho concesiones pero con un efecto limitado. El éxito real aquí es que se ha sentado una base para conversaciones más sustanciosas.
El alivio de las sanciones ha sido concreto y específico. Además, Estados Unidos subrayó que las sanciones existentes seguirán cumpliéndose.
Irán por su parte está congelando el progreso de sus actividades nucleares, pero muchas de sus centrifugadoras no han estado operativas; en realidad por alguna razón durante algún tiempo se ha estado limitando el enriquecimiento de uranio; y a las instalaciones de Arak todavía les falta tiempo para estar operativas.
Así que Irán no está dando mucho, pero gana mucho.
Las grandes potencias han llegado a un acuerdo con Teherán para una inspección y verificación más intrusiva, lo que podría ser vital si se va a llegar a un acuerdo más completo.
También han sido capaces de insistir en que todas las incertidumbres acerca de las pasadas actividades de Irán, incluyendo los supuestos aspectos militares del programa, tienen que ser resueltas. De nuevo un importante objetivo a futuro.
Conversaciones sustanciosas
Todavía falta tiempo para que el reactor de Arak empiece a ser operativo.
No obstante, se han hecho importantes concesiones a Irán, al permitírsele continuar con un nivel básico de enriquecimiento de uranio.
Esto es quizás lo que más ha alarmado a los israelíes. Irán por supuesto ha insistido siempre en que tiene derecho a enriquecer uranio. Estados Unidos también ha rechazado explícitamente aceptar esto.
Sin embargo, en la práctica es poco probable que Irán deje de enriquecer uranio, ciertamente no ahora durante esta fase, y tampoco en ningún acuerdo más amplio.
Dramatizar en exceso el significado de este acuerdo temporal no hace un favor a nadie.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ve esto como un "error histórico". Otros argumentan que cambia la cara del Medio Oriente, exageraciones en ambos lados.
Este es un acuerdo que potencialmente podría alterar la atmósfera y pavimentar el camino hacia conversaciones más sustanciosas, que podrían suceder o no.
El tema nuclear iraní es importante tanto para Medio Oriente como para el resto del mundo.
Su resolución podría eliminar una potencial causa de guerra. Pero no alterará sustancialmente el hecho de que Irán ahora es una potencia regional clave.
Estados Unidos y sus aliados vieron esto cuando eliminaron a quien fuera por mucho tiempo enemigo de Irán, el régimen de Saddam Hussein en Irak.
Una amalgama de ansiedad
Israel cree que el acuerdo es un "error histórico".
Israel y muchos países del Golfo Árabe, especialmente los saudíes, están profundamente incómodos con la actual ruta de Washington.
Temas políticos, de confianza y malentendidos mutuos conforman una amalgama de ansiedad.
¿Se puede depender de una administración que tanto se opone a un bombardeo en Siria a la hora de presionar a Irán?
¿Si se llega a un acuerdo nuclear, esto no reforzará la creciente preminencia de Irán en la región?
¿Y qué significará el impacto reducido de la presión internacional sobre Teherán en otras áreas de influencia iraní, como Irak y Siria?
Estas son preguntas razonables. Pero temas como la proliferación, especialmente la nuclear, tienden a ser vistas como algo aparte.
Una Irán con armas nucleares podría cambiar dramáticamente los cálculos estratégicos de la región. Podría hacer que se extienda el uso de armas nucleares en otros países.
Medio Oriente no volvería a ser lo mismo. Este es el motivo por el que los próximos seis meses van a ser tan intensos y las emociones tan fuertes.
Tomado de la BBC
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