Goodall, contra la caza: “Los elefantes son más simpáticos que las personas”
La primatóloga británica Jane Goodall en CosmoCaixa de Barcelona. / MARTA PÉREZ (EFE)
Jane Goodall, la famosa primatóloga británica cuyo nombre es indisociable de los chimpancés, a cuyo estudio y conservación ha dedicado la vida, ha cargado este martes contra los safaris de lujo en África que “hacen daño” y cuyo concepto y realización consideró “muy poco afortunados”. Goodall, mensajera de la Paz de Naciones Unidas y premio Príncipe de Asturias de Investigación, ha ofrecido una rueda de prensa en Cosmocaixa en Barcelona con motivo de la conferencia Viviendo entre chimpancésque ofrece esta tarde en el museo.
En respuesta a una pregunta sobre el polémico safari del Rey, la naturalista, plenamente consciente del alcance de la cuestión y del peso de sus opiniones, ha continuado: “He observado mucho a los elefantes en la naturaleza a lo largo de mi vida, son seres muy inteligentes y sociables. Me habría encantado estudiarlos pero el doctor (Louis) Leakey me envió a estudiar a los chimpancés. Los elefantes son mucho más simpáticos que los chimpancés, y que las personas. Los chimpancés, como nosotros, pueden ser muy agresivos y conflictivos, incluso sostienen guerras de bandas. Me parece imposible matar a un elefante”. Sonriendo a los presentes, ha añadido con un guiño: “Es lo que querían que dijera, ¿no?”.
Goodall, conservacionista y defensora de la sostenibilidad, ha presentado la campaña Movilízate por la selva, que propugna el reciclaje y reutilización de teléfonos móviles para reducir la demanda de los componentes usados en su fabricación, especialmente los minerales como el coltán y la caserita que se extraen en condiciones infrahumanas en zonas del Congo. La explotación minera, ha denunciado, provoca además de conflictos bélicos y situaciones de abusos, deforestación y aniquilación de la fauna.
La primatóloga ha deplorado la avaricia del ser humano, fuente de la mayoría de males y desigualdades, ha advertido de los efectos del metano que libran a la atmósfera las defecaciones de las grandes cabañas ganaderas mundiales y que afectan más a la capa de ozono que el CO2. También ha advertido de los daños que está causando en África la moderna colonización china –“hacen lo que nosotros hicimos, pero con una tecnología muy mejorada que es más perjudicial”- y ha recordado con nostalgia sus años en la selva de Tanzania estudiando a los chimpancés en su hábitat, “los años más mágicos de mi vida”.
La naturalista ha dicho que confía en la juventud y ha hablado de los diferentes programas educativos, de desarrollo y de conservación que bajo su nombre se realizan en diversas partes del mundo (existen 28 institutos Goodall). Entre esos proyectos figura el del centro de rehabilitación de jóvenes chimpancés de Tchimpounga, en el Congo, que en la actualidad acoge a 150 individuos huérfanos a causa de la caza furtiva.
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