Tras bancarrota de Kodak, el teatro de los Óscar ya no llevará su nombre
Decisión fue aprobada por un juez de quiebras de EEUU / Aún no se sabe qué nombre tendrá el teatro cuando se entreguen los premios de la Academia
La ceremonia de los Oscar del próximo 26 de febrero podría celebrarse en un teatro sin nombre. Un tribunal estadounidense atendió la petición de Eastman Kodak, que tras declararse en bancarrota, solicitó que se le liberara de acuerdo de patrocinio que tiene firmado con el recinto en el que cada año se entregan los premios de la Academia.
El tribunal de Nueva York rechazó decidir si el nombre de la compañía en bancarrota debería retirarse antes de la ceremonia de los Oscar del 26 de febrero.
Bajo las leyes de bancarrota, Kodak tiene derecho a rechazar los últimos años de su compromiso para poner su nombre en el Teatro Kodak durante 20 años, según afirmó el miércoles el juez de casos de insolvencia Allan Gropper.
Kodak firmó el acuerdo de 74 millones de dólares (56,27 millones de euros) en 2000, pero el antaño gigante fotográfico se declaró en bancarrota el mes pasado con la esperanza de reestructurar sus deudas por las pensiones de sus empleados y vender su propiedad intelectual.
La compañía intentó retirar su nombre del teatro, un recinto de 3.400 localidades, inmediatamente, pero el propietario del edificio, el Grupo CIM, puso objeciones. CIM dijo que sería injusto para Kodak retirar su nombre antes de los Oscar, una enorme oportunidad de marketing en la que Kodak seguiría percibiendo reconocimiento de marca aunque su nombre ya no apareciese en el edificio.
El juez Gropper, del tribunal federal de Manhattan, no aceptó los argumentos de CIM y le dio un poco de humor a su resolución al apuntar que los problemas financieros de Kodak podrían convertirse en el blanco de las bromas del presentador de los Oscar, Billy Crystal.
"Si cree que sería mejor dejar el nombre, supongo que Billy Cristal hará alguna broma sobre que esto es el Teatro Kodak y Kodak está arruinada", declaró a los abogados de CIM.
Aun así, Gropper apuntó que la decisión de cuándo retirar el nombre deberían acordarla las partes, aunque dejó la puerta abierta para que ambos acudieran al tribunal si no podían resolverlo por sí mismos. "Nosotros hemos conseguido lo que queríamos, ahora les toca a ellos decidir cómo cambian el letrero", afirman desde Kodak.
(El Economista)
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