La pintura rotunda y exuberante de Fernando Botero se expone en Viena







Las figuras rotundas y exuberantes que han convertido al colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932) en un artista inconfundible han desembarcado en Viena con la primera gran retrospectiva en Austria, y que abarca casi medio siglo de pinturas.

El Museo Kunstforum de Viena se ha convertido en el domicilio provisional, hasta el próximo 15 de enero, de parte del universo rotundo, vitalista, irónico y definitivamente personal del artista latinoamericano más conocido y cotizado.

Tal era la expectación, que la inauguración de la exposición abierta a los periodistas se ha convertido en un acto multitudinario en el que el artista ha tenido que firmar decenas de catálogos entre los asistentes.

"La exposición incluye muchos de los temas que he pintado toda la vida, es una exposición muy representativa", explicó Botero a Efe sobre la muestra que abarca 75 lienzos pintados entre 1958 y 2005.

El museo ha organizado la exposición por salas temáticas que recogen las obsesiones artísticas y el compromiso del artista, como son: "Corridas de toros", "La vida cotidiana en América Latina", "La América Latina católica", "Viejos maestros", "Retratos representativos", "Naturaleza muerta" y "Abu Graib".

La sección dedicada a la prisión donde las fuerzas estadounidenses torturaron a prisioneros iraquíes reúne cinco lienzos y varios bocetos que recuerda, en cierta medida, a la serie de los desastres de la guerra de Francisco de Goya (1746-1828).

"Como tanta gente, sentí un shock al ver que Estados Unidos, que se presentaba como un defensor de la libertad, hubiera torturado en la misma cárcel en la que torturaba Sadam Husein. Esa revelación me produjo una especie de ira que me llevó a hacer dibujos y unos cuadros", explicó el artista.

En la amplia muestra se pueden rastrear las influencias que tuvo el muralismo mexicano en parte de su obra, al igual que varios homenajes, como a la pintura renacentista italiana del maestro Piero della Francesca (1415-1492), así como una particular recreación de "La infanta Margarita" de Diego Velázquez (1599-1660).



El visitante también puede contemplar la rotundidad de sus afamados desnudos, como "Mujer en el baño" y "Eva", éste último, una recreación con cierto aire irónico del mito bíblico.

Las composiciones ágiles y divertidas de las escenas cotidianas de una América Latina colorista, pero también dramática, se pueden observar en "Los jugadores de cartas" y en "Masacre", con una casi inagotable variedad de situaciones y tipos humanos.

Y su particular visión del catolicismo latinoamericanos se contempla en "La crucifixión", con un Cristo voluminoso propio de Botero, y "Obispo", entre muchas otras, o su amor por la tauromaquia en "El caballo del picador".

En total, la muestra es un festín visual de la abundancia y un canto vitalista con el que el Kunstforum pretende atraer a unos 100.000 visitantes en los próximos tres meses, y superar así el éxito del año pasado con una amplia exposición sobre la artista mexicana Frida Kahlo.

Para Ingried Brugger, la director del Kunstforum, la muestra "incluye las principales obras de Botero", y según explicó a Efe, han sido aseguradas por un valor que ronda los 70 millones de euros.

La obra procede, en gran parte, de la colección del propio Botero, y ha sido seleccionada en exclusiva para esta exposición, mientras que los cuadros del ciclo de Abu Graib proceden de la Universidad de Berkley (EEUU), a la que las cedió el artista.-

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