León Rozitchner, comprometido filósofo argentino
León Rozitchner, filósofo, ensayista y catedrático argentino, falleció el pasado día 4 a los 87 años en Buenos Aires. Su amigo Eduardo Montes Bradley, cineasta y escritor, publicó en La Nación unas líneas de despedida en las que recordaba que Rozitchner no quería que lo incineraran: "Ante el embate capitalista que apunta a destruirlo todo, bien hacemos en conservar lo que se pueda".
De espíritu siempre crítico y abierto al diálogo, fue uno de los pioneros en establecer vínculos entre el marxismo y el psicoanálisis, según recordaba otro amigo de Rozitchner, el escritor Noé Jitrik, con quien se había distanciado en los últimos tiempos. Nieto de un rabino llegado a Argentina en el siglo XIX, también confrontó con el judaísmo, el cristianismo, la fenomenología, el peronismo y las dictaduras militares de su país. Era un pensador de izquierdas, pero también revelador de las contradicciones de este pensamiento. En los últimos años de su vida respaldó a los Kirchner (peronistas), aunque aclaraba que no era kirchnerista.
Rozitchner había nacido en 1924 en Chivilcoy (164 kilómetros al oeste de Buenos Aires), en plena pampa argentina. Su padre tenía una mueblería. En la capital argentina empezó estudiando Medicina y acabó en Filosofía. Después se marchó a Francia y se doctoró en la Sorbona. Allí tuvo como maestros a Maurice Merleau Ponty, Lucien Goldman y Claude Lévi-Straus. Su obra tejió lazos entre el pensamiento de Ponty, el primer Marx y el último Freud.
Escribió una veintena de obras, entre ellas Ser judío -Rozitchner respetaba sus orígenes, pero era crítico con la política israelí respecto de Palestina-, Freud y los límites del individualismo burgués, Las Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia -el autor se resistió a firmar en 1982 un documento de intelectuales argentinos exiliados y de izquierdas a favor de la acción militar de la dictadura de entonces contra Reino Unido para recuperar las islas-, Perón, entre la sangre y el tiempo, La cosa y la cruz: cristianismo (crítica a las Confesiones de San Agustín), Persona y comunidad, Moral burguesa y revolución y El terror y la gracia.
Tras doctorarse en París, volvió a Argentina. Fue investigador y profesor de las universidades de Buenos Aires, del Litoral, de La Plata y de la Escuela Superior de Bellas Artes. En 1976 debió exiliarse por el golpe militar y se marchó a Venezuela hasta 1985. Allí dio clases en las universidades Central de Venezuela y de Carabobo.
Tuvo dos matrimonios y tres hijos, uno de ellos, Alejandro, también filósofo, pero liberal. Fue uno de los fundadores de Carta Abierta, un grupo de intelectuales que nació para apoyar a los Kirchner, aunque él se distanció para seguir manteniendo sus apoyos y críticas de forma independiente. "Al kirchnerismo hay que situarlo evidentemente en la derrota del pueblo argentino, que viene desde el apoyo que le dio al golpe militar, a la guerra de Malvinas y a [Carlos] Menem [1983-1989]", decía Rozitchner. "Esto constituye un derrotero que marca un fracaso político monumental. Todavía estamos en la dificultad que conlleva salir de esa destrucción. Entonces, ¿sobre qué fondo el kirchnerismo puede hacer una política de transformación? Con los desechos de la derrota del campo popular, bienvenida sea la aparición de este Gobierno", afirmaba Rozitchner, uno de los últimos filósofos contemporáneos argentinos.
De espíritu siempre crítico y abierto al diálogo, fue uno de los pioneros en establecer vínculos entre el marxismo y el psicoanálisis, según recordaba otro amigo de Rozitchner, el escritor Noé Jitrik, con quien se había distanciado en los últimos tiempos. Nieto de un rabino llegado a Argentina en el siglo XIX, también confrontó con el judaísmo, el cristianismo, la fenomenología, el peronismo y las dictaduras militares de su país. Era un pensador de izquierdas, pero también revelador de las contradicciones de este pensamiento. En los últimos años de su vida respaldó a los Kirchner (peronistas), aunque aclaraba que no era kirchnerista.
Rozitchner había nacido en 1924 en Chivilcoy (164 kilómetros al oeste de Buenos Aires), en plena pampa argentina. Su padre tenía una mueblería. En la capital argentina empezó estudiando Medicina y acabó en Filosofía. Después se marchó a Francia y se doctoró en la Sorbona. Allí tuvo como maestros a Maurice Merleau Ponty, Lucien Goldman y Claude Lévi-Straus. Su obra tejió lazos entre el pensamiento de Ponty, el primer Marx y el último Freud.
Escribió una veintena de obras, entre ellas Ser judío -Rozitchner respetaba sus orígenes, pero era crítico con la política israelí respecto de Palestina-, Freud y los límites del individualismo burgués, Las Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia -el autor se resistió a firmar en 1982 un documento de intelectuales argentinos exiliados y de izquierdas a favor de la acción militar de la dictadura de entonces contra Reino Unido para recuperar las islas-, Perón, entre la sangre y el tiempo, La cosa y la cruz: cristianismo (crítica a las Confesiones de San Agustín), Persona y comunidad, Moral burguesa y revolución y El terror y la gracia.
Tras doctorarse en París, volvió a Argentina. Fue investigador y profesor de las universidades de Buenos Aires, del Litoral, de La Plata y de la Escuela Superior de Bellas Artes. En 1976 debió exiliarse por el golpe militar y se marchó a Venezuela hasta 1985. Allí dio clases en las universidades Central de Venezuela y de Carabobo.
Tuvo dos matrimonios y tres hijos, uno de ellos, Alejandro, también filósofo, pero liberal. Fue uno de los fundadores de Carta Abierta, un grupo de intelectuales que nació para apoyar a los Kirchner, aunque él se distanció para seguir manteniendo sus apoyos y críticas de forma independiente. "Al kirchnerismo hay que situarlo evidentemente en la derrota del pueblo argentino, que viene desde el apoyo que le dio al golpe militar, a la guerra de Malvinas y a [Carlos] Menem [1983-1989]", decía Rozitchner. "Esto constituye un derrotero que marca un fracaso político monumental. Todavía estamos en la dificultad que conlleva salir de esa destrucción. Entonces, ¿sobre qué fondo el kirchnerismo puede hacer una política de transformación? Con los desechos de la derrota del campo popular, bienvenida sea la aparición de este Gobierno", afirmaba Rozitchner, uno de los últimos filósofos contemporáneos argentinos.
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