FIFA y Pro Evolution, el fútbol para el pueblo
Las dos sagas deportivas con más solera para consolas perfeccionan sus respectivas fórmulas para seducir a un mercado potencial de más de un millón de personas en España
IVÁN DE MONEO | Madrid 23/09/2011
La historia de FIFA y PES es la historia de una vieja rivalidad. Cada año, desde hace casi dos décadas, los dos mejores simuladores de fútbol se baten en un extraordinario duelo. Su objetivo: hacerse con la hegemonía de un negocio, el del fútbol virtual, que mueve cifras astronómicas. Desde su inicio (FIFA, en 1994 y PES dos años después) ambas franquicias han vendido, respectivamente, 100 y 70 millones de copias en todo el mundo. Solo en España, alrededor de un millón de personas compraron el pasado año uno de los dos juegos (con una ligera ventaja a favor de FIFA), si bien las dos compañías se resisten a estas alturas de año a dar cifras cerradas de ventas. Según datos de la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (aDese), sus últimas ediciones fueron el sexto y séptimo más vendidos en 2010. Ahora toca poner el marcador a cero y volver a competir. El balón echa a rodar el 29 de septiembre, con el lanzamiento de las últimas versiones de ambos juegos en las consolas PS3 y 360 y en PC.
Será el final de una larga espera para miles de seguidores de ambas franquicias, que desde hace meses siguen con impaciencia todas las novedades que van filtrando las compañías. Ansiosos por exprimir a fondo las mejoras que prometen ambos juegos, son muchos los que ya han reservado un ejemplar para el mismo día de lanzamiento. Así, en la cadena de tiendas especializadas GAME, que el año pasado despachó 250.000 copias, sumando FIFA y PES, llevan ya acumuladas 50.000 reservas. Aun así se prevén largas colas.
Las redes sociales y los foros son el escenario de sesudos debates y acalorados enfrentamientos entre partidarios de una y otra saga. Para entender la magnitud del cisma, basta pasarse por Elotrolado.net, uno de los foros de referencia de consumo electrónico en España. Los hilos para seguir la actualidad de ambos juegos rebosan de comentarios y los administradores de los mismos tienen que ejercer de cortafuegos cada poco porque los foreros tienden a la confrontación a la mínima provocación del adversario. A veces la rivalidad trasciende lo lúdico. "Hay amigos míos que ya no se hablan por culpa de todo esto", explica desde Valencia Antonio García, un treintañero que disfruta de ambos juegos, algo raro en estas dos tribus que parecen irreconciliables tras tantos años de disputa.
Tradición frente a superproducción
Detrás de este Barça-Real Madrid del ocio electrónico están dos de las más poderosas e influyentes empresas del sector, la estadounidense Electronic Arts y la japonesa Konami, con maneras de entender el negocio diametralmente opuestas. Liderado por el irremplazable Shingo Seabass Takatsuka, padre de la franquicia y uno de los personajes más influyentes de la industria en Japón, un pequeño estudio de Tokio reúne a 500 profesionales que cada año trabajan de un modo casi artesanal en las sucesivas entregas de Pro Evolution (Winning Eleven en el mercado japonés) . "Cuidan mucho el detalle, miman el producto como si fuera un bonsai", explica Borja de Altolaguirre, jefe de producto de Konami España. Esta minuciosidad fue la clave del extraordinario éxito del juego, que durante los años de esplendor de la Playstation 2 se mantuvo como líder indiscutible en todos los países.
Con la llegada de la nueva generación de consolas, hace ahora seis años, el equipo de Seabass fue perdiendo lentamente su hegemonía. El gigante americano, que cuenta con ocho estudios independientes para desarrollar sus franquicias deportivas, aprovechó la debilidad de su contrincante para renovar radicalmente el FIFA de la mano del productor británico David Rutter, figura clave en la transformación de la saga, ya que supo imprimir al juego grandes dosis de realismo y espectacularidad.
Rutter dirige en Burnaby, a pocos kilómetros de Vancouver (Canadá), a "un grupo fijo de alrededor de 80 personas, pero si se añade el personal de otros equipos de EA que prestan servicio para FIFA, hablamos de centenares de personas volcadas en el juego cada año", explica Álvaro Tomas, community manager de FIFA 12. "Son los mejores en el mundo en lo que hacen", declara, orgulloso, Rutter. Su forma de trabajar se ve desde la otra orilla con una mezcla de temor y envidia. "Ellos comparten sinergias y avances tecnológicos entre sus estudios de desarrollo. Nosotros en Konami tenemos menos dinero", se lamenta Altolaguirre. "Nos enfrentamos a un monstruo", añade.
Las diferencias en los despachos se trasladan también al campo de juego, a su manera de plasmar el deporte rey. EA busca potenciar ante todo el espectáculo. "A la gente le encanta sentir el calor del público en estadios reales llenos de magia e historia", justifican desde Electronic Arts. Su juego, un año más, sigue abrumando con multitud de ligas licenciadas, con la equipación de cientos de equipos puesta al día. No ocurre lo mismo con el aspecto de algunos jugadores, los menos conocidos para el gran público, que siguen pecando de ser demasiado genéricos. Konami intenta suplir la escasez de licencias -este año han podido por fin hacerse con la de la liga española- empleándose a fondo con la inteligencia artificial y con el parecido físico de los jugadores. Además, vuelve a contar con la exclusividad de los torneos continentales (Liga de Campeones y Liga Europa) y la Copa Libertadores, que enfrenta a los mejores equipos de Latinoamérica.
"Es como ver un partido de la liga inglesa y luego otro de la española. FIFA es más físico y PES, más táctico", resume Altolaguirre. "FIFA 12 es como el fútbol real; cuanto más practiques, más hábil serás con el juego. Es posible que tú no juegues asiduamente, pero si vas a casa de un amigo a echar unas partidas, verás que su manejo es sencillo e intuitivo", replica Álvaro Tomás, de EA. "PES 2012 va a conseguir que mucha gente que se pasó al FIFA vuelva al PES", vaticina el responsable de Konami.
En la carrera por ser el mejor, los creadores de FIFA y PES han abierto línea directa con la comunidad de jugadores a través de Twitter y Facebook. Ambas compañías saben que esa es la única manera para perfeccionar su producto y que siga siendo atractivo. "La comunidad juega un papel importantísimo dentro del juego. Su opinión es clave a la hora de mejorar ciertas características del juego, o arreglar errores que al equipo de testeo se le han podido pasar", aseguran desde Electronic Arts.
FIFA parte como el campeón, mientras PES aspira a arrebatarle el título. Como en los grandes partidos de fútbol, es difícil anticipar el resultado. Lo que está claro es que estamos ante uno de los duelos más memorables de los últimos 20 años de historia de los videojuegos. Ni la reciente irrupción de los juegos sociales, ni el auge de los títulos casuales para dispositivos móviles como el iPad o los smartphones podrán eclipsar el choque de estos colosos.
FIFA ahonda en la simulación; PES vuelve a ser divertido
IVÁN DE MONEO
La primera impresión cuando te pones enfrente del nuevo FIFA es que nada de lo que habías aprendido con la anterior entrega te valdrá para salir airoso este año. Los cambios en la jugabilidad son los más profundos desde que la saga inauguró motor gráfico con el salto de generación hace cuatro años. La principal novedad, cacareada por sus responsables desde la feria E3 de Los Ángeles, el pasado junio, es el cambio en el sistema defensivo que hace imposible avasallar al equipo contrario con una defensa agresiva. Un defecto presente en FIFA 11 y aprovechado por muchos en los partidas online, que hacía factible algo tan poco usual en el fútbol como que un central corpulento de la segunda división inglesa frenara en seco a Messi. Ahora todo es más complejo, pero también más real. El jugador tendrá que emplearse a fondo, con la combinación de varios botones, para mantener el rigor táctico y evitar que su defensa se convierta en un coladero. Requiere mayor dedicación pero la satisfacción, una vez se domina, es mucho mayor. Es el avance más sustancial, pero también hay otros más sutiles que se notan al poco de ponerte con el mando. El bautizado como impact engine hace que las colisiones entre futbolistas desencadenen distintas animaciones en función de la gravedad y las zonas del cuerpo afectadas. En algunos casos este cambio deriva en situaciones un poco surrealistas, como que un jugador zancadilleé a otro y este salga lanzado por los aires dos metros. Por último, se ha optimizado los regates para proteger mejor el balón y que sea más sencillo trenzar jugadas individuales sorteando a los adversarios. Es quizá la menos lograda de las modificaciones, porque, a ratos y con jugadores poco habilidosos, peca de lentitud y falta de naturalidad.
El PES 2012 es un juego mucho más directo. Sus virtudes afloran antes que las de su rival, en parte porque su anterior versión estaba plagada de defectos que arruinaban por momentos la experiencia jugable. Konami apuesta este año por un fútbol más vertical, parecido al que cada semana despliega su nuevo jugador bandera y reclamo en portada: Cristiano Ronaldo. La intención de sus creadores es recuperar la magia que destilaba la saga hace una década. A ratos lo consigue. El fútbol es más fluido, gracias a que las animaciones han mejorado sustancialmente, pero sigue habiendo momentos en los que el juego se acelera sin motivo y se vuelve un tanto alocado. En cualquier caso, el PES recupera la seña de identidad de la saga, que no es otra que la diversión. Jugar contra un amigo o contra la máquina es sumamente gratificante y la inmersión es enorme gracias a que los equipos se comportan como sus homónimos reales. También los jugadores tienen mayor personalidad y manejar a Messi o al propio Cristiano es vertiginoso. Uno de los fallos más criticados por la comunidad, que desde Konami han prometido arreglar con un parche en cuanto salga el juego, es que los porteros siguen siendo muy torpes en sus reacciones y conceden muchos goles en situaciones aparentemente carentes de peligro.
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