"La basura es basura aunque la adereces"


JUAN CRUZ

Iñaki Gabilondo ve las anchoas y exclama "¡oh!" como quien se despierta con el apetito que dan las cosas inolvidables. La dueña de la casa es María Eugenia Antía, guipuzcoana como él, así que le dice algo que él escuchaba allá arriba: "Es como si comerías en Donosti".

En plenitud está Gabilondo. Así que hablamos de comida. Antes, en una rueda de prensa en la que ha charlado con periodistas acerca del oficio en el que lleva 45 años, ha hecho una comparación entre lo que ofrecen los periodistas y lo que hacen los cocineros, "cuidadosos siempre en la manipulación de los alimentos".

Ha escrito un libro, El fin de una época (Barril y Barral), que presenta esta tarde en el Círculo de Bellas Artes en compañía de su hermano Ángel, el ministro de Educación. En ese libro habla de la manipulación a la que sometemos los de este oficio a los alimentos de los que se nutre el periodismo.

Los cocineros, dice, han de garantizar que los alimentos han sido bien manipulados. "Con el periodismo pasa igual". Nosotros "trabajamos con un material muy delicado, las noticias; y hay algunos que son escrupulosísimos". Pero los hay "que por conquistar clientes a toda prisa acercan sus manos sucias incluso al producto más delicado".

El periodista trata "una mercancía delicada que ha de ser tratada con garantía". Ahora Internet es "la excusa perfecta para los manipuladores. E Internet es tan solo un instrumento que necesita buenos cocineros que le den la cocción adecuada".

La metáfora vale también para lo indigesto en periodismo. Dice Gabilondo que ahora muchos ofrecen basura alegando "que eso es lo que quiere la gente". Es mentira, según él: "La basura no se puede ofrecer ni aun presentándola como comida rápida, pues rápida puede ser una comida fabulosa. Y la basura es basura aunque la adereces". Pero no miremos solo "a los rincones oscuros: en España hay excelentes cocineros y fabulosos periodistas".

El cocinero, como el periodista, "tiene la responsabilidad de la salud de los clientes". Y eso se aprende teniendo referencias. En lo nuestro, él cita dos referentes, Manu Leguineche y Evaristo Canete, cámara de TVE.

Su experiencia le ha llevado "a ser siempre un contemporáneo profesional", de todo lo grande que ha ocurrido. "Ahora soy contemporáneo del fin de una época, y eso lo vivo con la perplejidad que se supone que se merece este cambio". ¿Algo que le haya hecho sentir bien en esta mesa enorme que es su vida? "Últimamente, la actitud de mis compañeros de CNN +, que hasta el último suspiro de la emisora trabajaron con una dignidad formidable". ¿Y un desagrado? "La estafa que sufren las mujeres que después de haber peleado por hacerse un sitio en el mundo laboral se encuentran ahora en el paro y en el desamparo".

Come con verdadero apetito. Le pregunto si habría un plato que recogiera todos sus sabores. "Ha habido de todo: dulce, amargo, ácido... Con esos ingredientes no sé si mis amigos Arzak o Berasategui se atreverían a hacer un plato...".

¿Y de postre? "¡Déjate de metáforas! ¡Lo que yo quiero es una mamia! [cuajada, en euskera]" EL PAIS

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