El nuevo socialismo: Sociedad colectivista global viene en línea



The New Socialism: Global Collectivist Society Is Coming Online

Segunda parte


Autor: Kevin Kelly
Texto original: http://www.wired.com/culture/culturereviews/magazine/17-06/nep_newsocialism
Traducido por: Celina Silva


II. COOPERACIÓN



Cuando los individuos trabajan juntos hacia un objetivo en gran escala, se producen resultados que emergen al nivel del grupo. No sólo los aficionados intercambian más de 3 mil millones de fotos en Flickr, sino que también le añadieron categorías, etiquetas, y palabras claves. Otros en la comunidad seleccionan las imágenes dentro de series. La popularidad de Creative Common Licensing significa que comunalmente, sino es comunísticamente por completo, tu imagen es mi imagen. Cualquiera puede usar una foto, así como las personas que vivían en comuna podrían usar la carretilla comunitaria. Entonces, ya no es necesario tomar otra foto de la Torre Eiffel, desde que la comunidad me puede proveer de una mejor foto de la que yo sacaría.

Miles de sitios agregados emplean la misma dinámica social para beneficiarse el triple. Primero, la tecnología ayuda directamente a los usuarios, dejándolos etiquetar, señalar, categorizar y archivar para su propio uso. Segundo, otros usuarios se benefician desde las etiquetas de un individuo, las señales, etcétera. Y esto, a su vez, a menudo crea un valor adicional que puede provenir sólo desde el grupo en su totalidad. Por ejemplo, etiquetando fotos instantáneas de la misma escena desde distintos ángulos se pueden montar un sensacional mapeo en 3-D del lugar. (Comprueba el Photosynth de Microsoft). De manera curiosa, esta proposición excede la promesa socialista de “de cada quien de acuerdo a su habilidad, para cada quien de acuerdo con sus necesidades” porque mejora lo que se contribuye y reparte mas de lo que se necesita.

Los agregadores comunitarios pueden liberar un poder asombroso. Sitios como Digg y Reddit, que dejan que los usuarios voten en los vínculos de la Web y estos se visualicen de manera destacada, pueden dirigir las conversaciones públicas tanto como los periódicos o las cadenas televisivas. (Revelación completa: la sociedad de Wired, Condé Nastes dueña de Reddit). Colaboradores dedicados a estos sitios le ponen mucha más energía de la que obtienen a cambio, pero siguen colaborando en parte por el poder cultural que estos instrumentos ejercen. La influencia de un colaborador se extiende mas allá de un solitario voto, y la influencia colectiva de la comunidad puede ser desproporcionada en relación al número de colaboradores. Ese es el punto entero de las instituciones sociales – la suma supera a las partes. El socialismo tradicional apunta a nivelar esta vía dinámica de estado. Ahora, desconectado del gobierno y conectado a la matriz digital global, esta fuerza evasiva opera a gran escala como nunca antes fue posible.

III. COLABORACIÓN

Colaboraciones organizadas pueden producir resultados más allá de los logros de la cooperación adecuada. Sólo mira a cualquiera de los miles de proyectos software de fuente abierta, tales como el servidor Apache Web. En estos esfuerzos, las herramientas comunales finamente sintonizadas generan alta calidad de productos desde el trabajo coordinado de miles o decenas de miles de miembros. En contraste con la cooperación informal, colaboración en grande, los proyectos complejos tienden a traerle al participante sólo beneficios indirectos, desde que cada miembro del grupo interactúa con sólo una pequeña parte del producto final. Un entusiasta puede pasar meses escribiendo un código para una rutina sustituta cuando la completa utilidad del programa esta hace varios años. De hecho, la recompensa laboral en proporción esta descentrado desde una perspectiva de mercado libre – los trabajadores hacen inmensas cantidades de trabajos de alto valor para el mercado sin paga alguna – que esos esfuerzos colaborativos no tienen sentido sin el capitalismo.

Añadiendo a la disonancia económica, nos hemos acostumbrado a disfrutar de los productos de estas colaboraciones libre de cargo. En vez de dinero, el par de productores que crearon el producto obtienen crédito, estado social, reputación, placer, satisfacción, y experiencia. No sólo es libre el producto sino que también se puede copiar de manera gratuita para usarlo como base para nuevos productos. Ideas alternativas para manejar la propiedad intelectual, incluyendo Creative Commons y las licencias GNU, fueron inventadas para asegurar estos productos “gratuitos”.

Desde luego, no hay nada particularmente socialista sobre la colaboración en sí. Pero las herramientas de la colaboración en línea ayudan al estilo comunal de producción que rechaza a los inversionistas capitalistas y mantiene la propiedad en las manos de los trabajadores, y hasta cierto punto a aquellos de las masas consumistas.

IV. COLECTIVISMO

Mientras que la cooperación puede escribir una enciclopedia, nadie es responsable si la comunidad falla en alcanzar el consenso, y el carecimiento de estar de acuerdo no pone en peligro a la empresa en su totalidad. El objetivo de un colectivo, sin embargo, es el de manipular un sistema en donde los pares dirigidos a sí mismos asumen la responsabilidad por procesos críticos y donde las decisiones difíciles, como fijar prioridades, son decididas por todos los participantes. A lo largo de la historia, cientos de grupos colectivistas en menor escala han probado este sistema operativo. Los resultados no han sido alentadores, aún apartando a Jim Jones y a la familia Manson.

De hecho, una cerca examinación del núcleo gobernante, de decir, Wikipedia, Linux, u OpenOffice demuestra que esos esfuerzos van mas allá de los ideales colectivistas de lo que parecen desde afuera. Mientras millones de escritores contribuyen a la Wikipedia, un pequeño grupo de editores (alrededor de 1.500) son responsables de la mayor parte de la redacción. Lo mismo para colectivos que escriben códigos. Un extenso ejército de contribuciones son manejados por un grupo de coordinadores mucho más pequeño. Así como observó MitchKapor -presidente fundador del código de fuente abierta Mozilla-, “Dentro de cada anarquía que trabaja, hay un viejo niño en red”.

Esto no es necesariamente algo malo. Algunas clases de colectivos se benefician desde la jerarquía mientras otras son dañadas por ella. Plataformas como la Internet y Facebook, o la democracia -que son previstas a servir como un sustrato para producir bienes y entregar servicios- se benefician de ser lo menos jerárquicos posibles, minimizando barreras para entrar y distribuir derechos y responsabilidades por igual. Cuando aparecen actores poderosos, sufre la estructura completa. Por otro lado, las organizaciones hechas para crear productos a menudo necesitan de fuertes líderes y jerarquías arregladas alrededor de escalas de tiempo: Un nivel se centra en las necesidades cada hora, otro en los próximos cinco años.

En el pasado, era casi imposible construir una organización que explotara la jerarquía pero maximizara el colectivismo. Hoy las redes digitales proveen la infraestructura necesaria. La Red otorga poderes a las organizaciones centradas en productos para que funcionen colectivamente mientras mantienen a la jerarquía de que absorba la totalidad. La organización detrás de MySOL, una base de datos de fuente abierta, no es no-jerárquica de forma idealizada, sino que es más colectivista que el Oráculo. Asimismo, la Wikipedia no es un bastión de igualdad, pero es infinitamente más colectivista que la Enciclopedia Británica. El núcleo de elite que encontramos en el corazón de los colectivistas conectados es en realidad un signo de que el socialismo sin estado puede trabajar a gran escala.

La mayoría de del mundo occidental, incluyéndome a mí mismo, fuimos adoctrinados con la noción de que extendiendo el poder de los individuos disminuye necesariamente el poder del estado y viceversa. Sin embargo en la práctica, la mayoría de las políticas socializan algunos recursos e individualizan otros. La mayoría de las economías de mercado libre han socializado la educación, y aún las sociedades extremadamente socializadas permiten alguna propiedad privada.

Más que considerar el socialismo tecnológico como un canje de “suma cero”, el individualismo del libre mercado y la autoridad centralizada puede ser visto como un sistema operativo cultural que es mejor para ambos, para el individuo y para el grupo a la vez. El en gran parte inarticulado, intuitivamente sobreentendido, el objetivo de la tecnología comunitaria es esto: maximizar la autonomía individual y el poder de la gente trabajando juntos. Así, el socialismo digital puede ser visto como una tercera manera de hacer irrelevantes a los viejos debates.

La noción de una tercera manera es razonada por Yochai Benkler, autor de The Wealth of Networks, quién ha pensado probablemente más que cualquiera sobre las políticas de las redes. “Veo la emergencia de la producción social y la producción en par como una alternativa a los sistemas cerrados de propiedad basados en los sistemas de marca registrada”, dijo él, notando que estas actividades “pueden aumentar la creatividad, la productividad, y la libertad”. El nuevo sistema operativo no es el comunismo clásico de planes centralizados sin propiedad privada ni el caos puro de un libre mercado. En cambio, es un emergente diseño espacial, en el que descentralizar la coordinación pública puede resolver problemas y crear cosas que ni el puro comunismo ni el puro capitalismo pueden.

No son nuevos los sistemas híbridos que mezclan los mecanismos del mercado y del no mercado. Por décadas, investigadores han estudiado lo descentralizado, los métodos de producción socializados del norte de Italia y las cooperativas industriales Basque, en el que los empleados son dueños, escogiendo el manejo y limitando la distribución de ganancias, independientes al control de estado. Pero sólo desde el arribo de costos bajos, instantáneos, y la colaboración ubicua ha sido posible emigrar el núcleo de estas ideas en nuevos y diversos mundos, como escribir en la compañía software o en libros de referencia.

El sueño es escalar esta tercera manera más allá de los experimentos locales. ¿Qué tan grande? Ohloh, una compañía que rastrea a la industria de la fuente abierta, listas de aproximadamente 250.000 personas trabajando en 275.000 asombrosos proyectos. Eso es casi el tamaño del personal de General Motors. Hay una tremenda cantidad de personas trabajando gratis, aún sino son de tiempo completo. ¡Imagine si todos los empleados de General Motors no fueran pagados y sin embargo continuaran produciendo automóviles!

Hasta el momento, los esfuerzos mas grandes fueron los proyectos de fuente abierta, y los más largos de ellos, tales como Apache, manejan varios de cientos de colaboradores -cerca del tamaño de una aldea. Un estudio estima que 60.000 años de trabajo han sido vertidos en los últimos años dispensados de Fedora Linux 9, así que hemos probado que el montable y los dinámicos de intercambiar pueden guiar un proyecto en la escala de una aldea o ciudad descentralizada.


Desde luego, el censo total de participantes en el trabajo colectivo en-línea es mucho más grande. YouTube asegura tener algo así como 350 millones de visitantes por mes. Casi 10 millones de usuarios registrados han colaborado con la Wikipedia, 160.000 de los cuales son designados activos. Más de 35 millones de personas han posteado y etiquetado más de 3 mil millones de fotos y videos en Flickr. Yahoo tiene 7,8 millones de grupos centrados en cada posible sujeto. Google tiene 3,9 millones.

Esos números todavía son escasos para una nación. Hasta quizás no crucen el umbral de la corriente dominante (aunque si YouTube no es la corriente dominante, ¿qué es?). Pero claramente la población que vive con los medios socializados es significante. El número de personas que hacen cosas gratis, comparten cosas gratis, y usan cosas gratis, pertenecen a un cultivo colectivo de software, trabajan en proyectos que requieren de decisiones comunales, o experiencias los beneficios del socialismo descentralizado que ha llegado a millones y sigue contando. Las revoluciones han pasado a números mucho más chicos.


A primera vista, uno podría esperar mucho de la postura política de gente que ha construido una alternativa hacia el capitalismo y el corporativismo. Pero los codificadores, hackers, y programadores que diseñaron las herramientas compartidas no piensan que son revolucionarios. Ningún partido político se esta organizando en salas de conferencias – al menos no es EEUU. (En Suecia, el Pirate Party formó una plataforma de archivos compartidos. Obtuvo un irrisorio 0,63% de los votos en las elecciones nacionales del 2006).

De hecho, los líderes del nuevo socialismo son extremadamente pragmáticos. En una investigación participaron 2.784 desarrolladores de código abierto para sondear sus motivaciones. La más común fue “aprender y desarrollar nuevas habilidades”. Eso es práctico. Un académico lo puso así (parafraseando): La mayor razón para trabajar gratis en cosas es la de mejorar mi propio maldito software. Básicamente las patentes políticas no son demasiado prácticas.

Pero el resto de nosotros no estamos inmunes políticamente a la creciente corriente del intercambio, la cooperación, la colaboración y el colectivismo. Por primera vez en años, la palabra -s esta siendo pronunciada por expertos televisivos y revistas nacionales como una fuerza política en EEUU.

Obviamente, la tendencia hacia nacionalizar pedazos de industria, entablar asistencias médicas nacionales, y comenzar con la creación de trabajos con dinero de impuestos no es del todo debido a el socialismo tecno. Pero la última elección demostró el poder de la Web descentralizada, basada con colaboración digital en su núcleo. Cuanto más nos beneficiamos de tales colaboraciones, nos volvemos más abiertos a instituciones socialistas en el gobierno. El coactivo y estupendo sistema de Corea del Norte esta muerto; el futuro es un híbrido que toma entradas de ambos, la Wikipedia y el socialismo moderado de Suecia.

¿Qué tan cerca de una fuente abierta no capitalista de sociedad en par de producción puede este movimiento llevarnos? Cada vez que se ha hecho esta pregunta, la respuesta ha sido: más cerca de lo que pensamos. Considere la lista de Craig. Sólo anuncios clasificados, ¿no? Pero el sitio amplifica la hábil comunidad de intercambio de llegar a una audiencia regional, mejorándolo con fotos y actualizaciones en tiempo real, y de repente se convierte en un tesoro nacional. Operando sin el estado fundador o control, conectando a los ciudadanos directamente con ciudadanos, este mercado en su mayoría libre consigue bienes sociales con tal eficiencia que podría tambalear cualquier gobierno o corporación tradicional. Seguro, le quita al modelo laboral de los diarios, pero al mismo tiempo hace un caso indisputable que el modelo de intercambio es una alternativa viable para ambos, las corporaciones que buscan beneficios, y las instituciones cívicas que apoyan a los impuestos.

¿Quién iba a creer que pobres granjeros podrían conseguir préstamos de $100 de perfectos extraños del otro lado del planeta -y pagarles de vuelta? Eso es lo que Kiva hace con el préstamo de par-a-par. Cada experto de asistencia médica pública declara que el intercambio era bueno para las fotos, pero nadie podría intercambiar los registros médicos. Pero Patients Like Me(pacientes como yo) donde el fondo común de los pacientes resulta en tratamientos para mejorar su propia salud, prueba que la acción colectivista puede triunfar en ambos para doctores y pánicos privados. El hábito, cada vez más común de intercambiar lo que estas pensando (Twitter), lo que estás leyendo (StumbleUpon), tus finanzas ( Wesabe), tu todo (la Web) se está convirtiendo en una fundación de nuestra cultura. Al hacerlo mientras las enciclopedias construidas en forma colectiva, las nuevas agencias, los archivos videos, y el software en grupos que abarcan continentes, con personas que no conoces y cuya clase social es irrelevante – eso hace que el socialismo político sea el próximo paso lógico.

Algo similar pasó con los mercados libres en los siglos pasados. Cada día alguien preguntó: ¿qué pueden hacer los mercados? Tomamos una larga lista de problemas que requerían de planes racionales o el gobierno paternal y en vez aplicamos la lógica de mercado. En la mayoría de los casos, la solución de mercado trabajó mucho mejor. En las recientes décadas mucho de la prosperidad fue obtenido por desatar las fuerzas de mercado en los problemas sociales.

Ahora están probando el mismo truco con la tecnología social colaborativa, aplicando el socialismo digital a crecientes listas de deseos -y ocasionalmente a problemas que el mercado libre no pudo resolver- para ver si funciona. Hasta ahora, los resultados han sido asombrosos. Casi en cada vuelta, el poder del intercambio, la cooperación, la colaboración, la franqueza, el precio libre, y la transparencia han demostrado ser más prácticos de lo que nosotros como capitalistas pensamos posible. Cada vez que probamos, descubrimos que el poder del nuevo socialismo es más grande de lo que habíamos imaginado.

Subestimamos el poder de nuestras herramientas para reorganizar nuestras mentes. ¿Realmente pensamos que podríamos construir de manera colaborativa un mundo virtual para habitar todos los días, cada día, y que no nos afecte nuestra perspectiva? La fuerza del socialismo conectado está creciendo. Su dinámica se esparce más allá de los electrones -quizás en elecciones.
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Fuente: El blog de Sebastián Lorenzo
Imagen: Social media clutter

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